Yugoslavia ha votado por Europa en sus comicios para la elección de presidente. Boris Tardic, el europeista, ha ganado por un estrecho margen a su rival Tomislav Nikolic. Después de lo acaecido en Yugoslavia durante los últimos años, me ha sorprendido mucho el resultado electoral.
Imaginense que sus vecinos europeos se dedicasen a bombardear sus ciudades y puentes de manera sistemática, a embargarles, a permitir que ese país que sienten como propio se fragemente y arruine. No hablo de la legitimidad de los hechos acaecidos ni pretendo calificarlos moralmente. Sólo trato de imaginarme cómo percibiría sus consecuencias de haber nacido en esa parte del continente.
Aquí todos suponemos que los serbios, los malos de la película, eran conscientes de lo que estaba sucediendo durante la guerra, y nos olvidamos de que la maquinaria propagandística de los líderes nacionalistas debió ser terrible. Por eso me sorprende la sangre fría de los ciudadanos yugoslavos, un pueblo castigado durante más de una década, a la hora de votar. Han pedido alinearse con el bloque que cuenta como ministro de asuntos exteriores a Javier Solana, autor del libro "100 razones para no entrar en la OTAN" y ex secretario general de la misma durante la última guerra de los Balcanes. Han aceptado que el corazón de su país, Kosovo, se independice y que les ninguneen durante otra década más hasta que puedan firmar el tratado de la unión. Lo más tragicómico de todo es que, cuando finalmente formen parte de la Unión Europea, serán hermanos de sus enemigos: Croatas, Bosnios y tal vez Kosovares.
La Unión Europa ha cometido gravísimos errores en los Balcanes. En mi humilde opinión, el mayor de ellos ha sido facilitar la política de fragmentación. Entre otras consecuencias, fue el detonante de una guerra, varios genocidios y otras tantas limpiezas étnicas. La incapacidad de nuestra política exterior, les recuerdo que hubo que llamar a los Estados Unidos para que limpiasen el fregado, ha abierto heridas tardarán años en cerrarse. Para nosotros, todo fue un espectáculo televisivo. Para serbios, croatas, bosnios y kosovares, un horror vivido en sus propias carnes.
Espero que la Unión Europea haga lo que le toca, que afronte la deuda moral contraída y que entre todos, facilitemos una rápida incorporación de nuestros vecinos. Ellos están haciendo lo que toca, ahora es nuestro turno...
Saludos a todos y que tengan un buen lunes,
el pobrecito hablador
Imaginense que sus vecinos europeos se dedicasen a bombardear sus ciudades y puentes de manera sistemática, a embargarles, a permitir que ese país que sienten como propio se fragemente y arruine. No hablo de la legitimidad de los hechos acaecidos ni pretendo calificarlos moralmente. Sólo trato de imaginarme cómo percibiría sus consecuencias de haber nacido en esa parte del continente.
Aquí todos suponemos que los serbios, los malos de la película, eran conscientes de lo que estaba sucediendo durante la guerra, y nos olvidamos de que la maquinaria propagandística de los líderes nacionalistas debió ser terrible. Por eso me sorprende la sangre fría de los ciudadanos yugoslavos, un pueblo castigado durante más de una década, a la hora de votar. Han pedido alinearse con el bloque que cuenta como ministro de asuntos exteriores a Javier Solana, autor del libro "100 razones para no entrar en la OTAN" y ex secretario general de la misma durante la última guerra de los Balcanes. Han aceptado que el corazón de su país, Kosovo, se independice y que les ninguneen durante otra década más hasta que puedan firmar el tratado de la unión. Lo más tragicómico de todo es que, cuando finalmente formen parte de la Unión Europea, serán hermanos de sus enemigos: Croatas, Bosnios y tal vez Kosovares.
La Unión Europa ha cometido gravísimos errores en los Balcanes. En mi humilde opinión, el mayor de ellos ha sido facilitar la política de fragmentación. Entre otras consecuencias, fue el detonante de una guerra, varios genocidios y otras tantas limpiezas étnicas. La incapacidad de nuestra política exterior, les recuerdo que hubo que llamar a los Estados Unidos para que limpiasen el fregado, ha abierto heridas tardarán años en cerrarse. Para nosotros, todo fue un espectáculo televisivo. Para serbios, croatas, bosnios y kosovares, un horror vivido en sus propias carnes.
Espero que la Unión Europea haga lo que le toca, que afronte la deuda moral contraída y que entre todos, facilitemos una rápida incorporación de nuestros vecinos. Ellos están haciendo lo que toca, ahora es nuestro turno...
Saludos a todos y que tengan un buen lunes,
el pobrecito hablador
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