Viendo cómo van las cosas en la precampaña, comienzo a asustarme por el resultado de las elecciones. Según las encuestas, parece poco probable que alguno de los dos partidos aspirantes al gobierno de España pueda ganar con una mayoría suficiente. Y si eso sucede, regresaremos al río revuelto y las ganancias de los pescadores de siempre: los nacionalistas.
PP y PSOE llevan escurriendo el bulto de la reforma de la ley electoral desde hace años: temen perder sus feudos electorales y prefieren otorgar prebendas a las minorías secesionistas; anteponen sus intereses particulares a la gobernabilidad y estabilidad del país.
Estoy confundido, porque tomo por cierto lo que no quiero: otros cuatro años de chantaje nacionalista, de prebendas, de discriminación positiva en favor de los ricos. Mi lema es muy sencillo: cualquier ciudadano español debería tener los mismo derechos y obligaciones. Y algo tan y justo, no se cumple en España. En el País Vasco, muchos ciudadanos viven amenazados de muerte por no comulgar con las tesis fascistas de ETA. Los vascos y navarros disfrutan de privilegios fiscales más propios del siglo XIX que del XXI. Los políticos catalanes ya han comenzado su coqueteo con la secesión y chantajean al resto del país con verdades a medias, conceptos erróneos (como el del déficit fiscal) y el uso de su lengua para segregar a las comunidades allí residentes.
Por ello, para garantizar la gobernabilidad de España, es absolutamente necesario que tengamos un gobierno nacional fuerte, que pueda tomar decisiones en favor del conjunto y no se doblegue ante las servidumbres parlamentarias.
Ya sé, ya sé, la pregunta es obvia: ¿pero cuál? Piensen, razonen y tomen su decisión, cada uno la suya. Ésa es nuestra responsabilidad como ciudadanos.
Saludos a todos y buenos días,
el pobrecito hablador.
PP y PSOE llevan escurriendo el bulto de la reforma de la ley electoral desde hace años: temen perder sus feudos electorales y prefieren otorgar prebendas a las minorías secesionistas; anteponen sus intereses particulares a la gobernabilidad y estabilidad del país.
Estoy confundido, porque tomo por cierto lo que no quiero: otros cuatro años de chantaje nacionalista, de prebendas, de discriminación positiva en favor de los ricos. Mi lema es muy sencillo: cualquier ciudadano español debería tener los mismo derechos y obligaciones. Y algo tan y justo, no se cumple en España. En el País Vasco, muchos ciudadanos viven amenazados de muerte por no comulgar con las tesis fascistas de ETA. Los vascos y navarros disfrutan de privilegios fiscales más propios del siglo XIX que del XXI. Los políticos catalanes ya han comenzado su coqueteo con la secesión y chantajean al resto del país con verdades a medias, conceptos erróneos (como el del déficit fiscal) y el uso de su lengua para segregar a las comunidades allí residentes.
Por ello, para garantizar la gobernabilidad de España, es absolutamente necesario que tengamos un gobierno nacional fuerte, que pueda tomar decisiones en favor del conjunto y no se doblegue ante las servidumbres parlamentarias.
Ya sé, ya sé, la pregunta es obvia: ¿pero cuál? Piensen, razonen y tomen su decisión, cada uno la suya. Ésa es nuestra responsabilidad como ciudadanos.
Saludos a todos y buenos días,
el pobrecito hablador.
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