sábado, febrero 16, 2008

Las dos caras de la moneda

Da igual en qué medio de locomoción viaje. Cada vez que voy en metro, en autobús, en el coche de San Fernando (un ratito a pie y otro ratito andando), me topo una y otra vez con las mismas caras. Sólo llevamos unos pocos días y ya empiezo a sentir los efectos de una sobredosis electoral. Que si fulanito es más guapo y tiene más talante, el otro más enérgico y llena la bolsa de dinerito contante y sonante. Que luego Gabilondo el imparcial se deja el micro abierto y ZP confiesa que quiere tensión, ahora Mariano reparte mandoblazos a Espe y el gallardo de doña Cuaresma. Blabladurías que sólo sirven para que los saquen en televisión, porque de eso trata todo el circo, de salir por la tele. Y al resto, que le den dos duros. Rosa Díez, utilizada por Telemadrid para dar leña al PSOE, ha desaparecido de las pantallas. Y a Llamazares ya no lo entrevistan ni lloriqueando porque le ignoran. Al menos la censura tiene algo positivo: no hay que tragarse al Homo Carodrovirensis, a Arturo Más ( y más, y mucho más para Cataluña) y al Vascongadus Erectus de Ibarretxe.

Pero volviendo al tema que me impulsó a escribir esta entrada, quisiera fijar su atención en las fotos de los candidatos. He tomado dos ejemplos prestados que ilustran perfectamente el análisis. En la primera foto, Zapatero aparece en tono desenfadado, como hombre llano y erudito (atentos a la biblioteca del fondo), cercano a la ciudadanía. Te mira de frente con esos ojitos grisáceos y te encandila con una frase vacía de contenido pero que suena muy bien: "motivos para creer" (será en Dios, para afrontar con paciencia los próximos cuatro años que se avecinan). Desconozco el nombre del profesional al que ha contratado el PSOE, pero han acertado de pleno. Un excelente trabajo de imagen, si señor.



En la segunda foto, el risueño tío Mariano apenas logra lo que pretende. Estrábico (el pobre no tiene la culpa, pero para algo paga a un equipo de profesionales), sobre un fondo azulado dictado por los cánones estéticos de la horterada y con un eslogan que apela al noble acto de ganarse las lentejas, no engaña ni a su adorable esposa. Si fuera Mariano Rajoy, hubiese cesado a mi asesor de imagen hace tiempo. Más le hubiera valido irse al fotomatón de la estación sur de autobuses.


Espero con ansia las siguientes entregas del duelo en la alta sierra. Lanzo la moneda y me pregunto qué saldra: ¿cara o jeta?

Saludos a todos y que pasen un buen fin de semana,

el pobrecito hablador

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