lunes, junio 16, 2008

Sobre muelles, crisis y ministros con sorpresa...

La ley de Hook dice que cuanto más se elonga un muelle, mayor es su fuerza recuperadora: "ut tensio sic vis" (como la elongación, así es la fuerza). Considera al muelle elástico y no tiene en cuenta que existe una elongación máxima, más allá de la cual el muelle se vuelve plástico y adquiere una deformación permanente.

Pues bien, un brillante economista y fracasado candidato a la alcaldía de Madrid acaba de descubrir la ley de Hook de la economía:

"Cuanto más se caiga, más rápida será la recuperación. Eso me parece evidente."

A diferencia de Hooke, conocedor de las limitaciones de su ley, el intelectual detrás de la frase profundiza en su error y descarta la plasticidad de la economía. Pues nada, a reventar la economía del todo, porque así nos recuperaremos aún más deprisa. Evidente, ¿no?

Pero la cosa todavía tiene más gracia. En la entrevista realizada por el diario El Mundo, Miguel Sebastián confiesa que:

"la subida del precio del petróleo me ha sorprendido y también los tipos de interés. Desde otoño hasta la primera parte de este año los tipos de interés estaban cayendo. Ha sido a partir de marzo cuando el Euribor ha vuelto a rebotar y se ha situado en el máximo del 5,4%. En el sector inmobiliario nadie pensaba que iba a haber una caída en la iniciación de viviendas del 60%. Pero cuanto más rápida sea la caída, mejor. En el sentido de que también va a ser más rápida la recuperación. Cuanto más se caiga, más rápida será la recuperación. Eso me parece evidente."

Tras leer esto, lo que me sorprende es que semejante sorprendido sea nuestro ministro de industria. ¿Es que tan escasos de talentos estamos como para tener que pagar un sueldo vitalicio a semejante lumbrera? Bastaba con leer cualquier periódico extranjero (bastante más libres de servidumbres políticas) para darse cuenta de que las cosas pintaban muy mal. Y sin la niña de Rajoy...

Sorpresas te da la vida, la vida te da sorpresas, y mientras Sebastián cobra un sueldo por decir banalidades como ésta, los miembros y miembras de la sociedad española exploramos los límites de elasticidad de nuestras paciencias y bolsillos.

Saludos y buenas noches,

el pobrecito hablador

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