Les propongo la siguiente ecuación:
E: España
m: municipios
c: construcción
c: corrupción
E = m·c·c = mc2
¿No les da la impresión de que los escasos casos de corrupción urbanística destapados son la punta de un iceberg? No tengo pruebas, por lo que todo lo plantearé desde un punto de vista hipotético. ¿Pero no les parece sospechoso que cada vez que se hace alguna investigación, saquen porquería hasta de las papeleras de la plaza del ayuntamiento? Con tanta obra, tanta hambre, tanto desalmado y tanto partido político ávido de ingresar en caja, resulta muy fácil extrapolar.
Ya sé, ya sé, se debe presuponer la inocencia de los individuos en general y de los partidos políticos en particular. Pero es que resulta tan difícil cuando se rasca debajo de la superficie...
Eso y un punto mucho más delicado: ¿quién vigila a los políticos? En un sistema tan instrumentalizado por la política como el nuestro (prensa, tribunal supremo, fiscal general del estado, tribunal constitucional), los mecanismos de defensa podrían estar fallando. Ya hay síntomas claros: bancos que condonan deudas a partidos políticos, jueces del constitucional que son acusados de parcialidad, periodistas más incisivos aún que los ideólogos que tienen detrás, alcaldes pringados hasta las orejas, ministros de interior en la cárcel...
Algo comienza a oler a podrido en Dinamarca, que diría el príncipe Ambled, y los ciudadanos deberíamos tomar buena nota de ello. Al fin y al cabo, nos estarían robando con nuestros impuestos.
Un saludo y buenos días a todos,
el pobrecito hablador
E: España
m: municipios
c: construcción
c: corrupción
E = m·c·c = mc2
¿No les da la impresión de que los escasos casos de corrupción urbanística destapados son la punta de un iceberg? No tengo pruebas, por lo que todo lo plantearé desde un punto de vista hipotético. ¿Pero no les parece sospechoso que cada vez que se hace alguna investigación, saquen porquería hasta de las papeleras de la plaza del ayuntamiento? Con tanta obra, tanta hambre, tanto desalmado y tanto partido político ávido de ingresar en caja, resulta muy fácil extrapolar.
Ya sé, ya sé, se debe presuponer la inocencia de los individuos en general y de los partidos políticos en particular. Pero es que resulta tan difícil cuando se rasca debajo de la superficie...
Eso y un punto mucho más delicado: ¿quién vigila a los políticos? En un sistema tan instrumentalizado por la política como el nuestro (prensa, tribunal supremo, fiscal general del estado, tribunal constitucional), los mecanismos de defensa podrían estar fallando. Ya hay síntomas claros: bancos que condonan deudas a partidos políticos, jueces del constitucional que son acusados de parcialidad, periodistas más incisivos aún que los ideólogos que tienen detrás, alcaldes pringados hasta las orejas, ministros de interior en la cárcel...
Algo comienza a oler a podrido en Dinamarca, que diría el príncipe Ambled, y los ciudadanos deberíamos tomar buena nota de ello. Al fin y al cabo, nos estarían robando con nuestros impuestos.
Un saludo y buenos días a todos,
el pobrecito hablador
No hay comentarios:
Publicar un comentario