miércoles, julio 18, 2007

El partido político al que quisiera votar

He salido a comprar al mercado y reflexionado sobre cómo sería y qué debería decir el partido al que me gustaría votar.
  • Es un partido político de verdad, existen unas normas de funcionamiento y un cierto orden interno que, sin caer en el autoritarismo, debe estar muy lejos del funcionamiento de una comunidad de vecinos. ¿Cómo van a arreglar el país si ni siquiera saben ordenar su casa?
  • Tiene un nombre que llega a todos y es fácilmente reconocible. Un "partido demócrata", una "unión reformista", un "centro reformista" (aunque sea de gravedad), una "renovación democrática"... algo que me transmita directamente que no es más de lo mismo, pero tampoco un devaneo mental de unos cuantos. Para eso voto al PSOE o al PP, porque más vale malo conocido.
  • Necesito poder confiar en los candidatos que se presenten a las elecciones. Saber quiénes son, qué piensan, qué dicen, qué estudiaron, para qué están preparados, cuál es su trayectoria profesional, si saben o no idiomas, todo lo que sea de relevancia para hacer una buena gestión. Me tienen que convencer de que son capaces de desempeñar correctamente su función. Me encantaría ver su curriculum vitae "colgado de la web", ¡con foto!
  • Quiero que venga con la intención de quedarse en el escenario político.
  • Me tiene que satisfacer desde un punto de vista intelectual y hacerme propuestas ideológicas sugerentes, pero sin dar saltos al vacío o plantear digresiones metafísicas.
  • Propone una definición duradera de España, un marco estable y estimulante en el que poder vivir tranquilo y desarrollar mis proyectos de futuro. Me han mareado tanto que ya no sé ni quién soy ni hacia dónde voy...
  • Garantiza una continuidad y estabilidad de las políticas que así lo precisen, más allá de los intereses de partido.
  • Aborda el problema de la educación y promueve un pacto de estado para desarrollar un modelo educativo exigente y duradero. Que vuelva el bachillerato.
  • Eleva el umbral de elección los cargos de libre designación. A día de hoy sólo contamos con dos años efectivos de legislatura. Cuando llegan los nuevos no saben ni lo que es un ministerio, y hasta que han nombrado a los secretarios, subsecretarios, directores generales y los de debajo, nos quedamos sin mover ficha.
  • Rescata del olvido la cultura del esfuerzo.
  • Se plantea cuestiones fundamentales sobre los derechos y las obligaciones de un ciudadano.
  • Define y crea mecanismos de control necesarios para que se respeten las reglas. En todos los ámbitos. Menos burocracia que limite la iniciativa y más inspectores para comprobar que las cosas se hacen de acuerdo con la ley. No quiero un estado policial, pero sí uno que me garantice una igualdad de oportunidades.
  • Defiende el modelo de convivencia y el estado de derecho sin devaneos que acaban costando más caros.
  • Me satisface desde un punto de vista pragmático. ¿Qué gano yo votando a estos recién llegados?
  • Alimenta el intelecto y la barriga.
  • Me habla de economía, de educación, de pensiones, de energía, de política exterior, de construcción europea... Tiene que tener respuestas para muchas cosas, que el ser humano no sólo vive de la reforma de la constitución.
  • Me inspira seguridad.
  • Me transmite honradez.
  • Abre una posibilidad de futuro para mis hijos y de un entorno en el que poder desarrollarse.
  • Practica con el ejemplo. Los cargos electros no se suben el sueldo a la primera de cambio, mientras los demás cobramos por debajo del IPC real.
  • No es necesario que me diga toda la verdad, pero al menos que no me mienta ni me tome por tonto con el timo de la estampita.
  • Reconoce algunos errores en público y pide perdón cuando toca. Soy generoso y me encanta perdonar.
  • Me pide el voto abierta y directamente y me explica cómo funcionan las elecciones: necesita 100000 votos aquí y 40000 allá para poder sacar unos escaños y hacerse oír.
  • España no se va a romper porque PSOE y PP pierdan unos escaños, y los ciudadanos podemos ganar mucho. Como con David frente a Goliat.
En resumen, quiero un partido que me devuelva la esperanza y a la vez bien amueblado: un Quijote y un Sancho, todo en uno. Tener la certeza de que mi voto va a ser útil y que las cosas pueden cambiar y mejorar para todos. Sin rupturas, sin tensiones, sin gritos ni chillidos, pero con la contundencia de los buenos argumentos, del sentido común y de la ley. Si así me lo presentan y me animan un poco más, puede que vote para ver qué pasa. !Tengo unas ganas!

Quizás ése partido sea lo que ahora llamamos Plataformapro.org. Habrá que esperar a ver qué pasa...

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