¡Qué pasen ya, por favor! Como sigamos así una semana más empezaremos a ver Kalashnikovs por la calle, fusilamientos sumarios y piras inquisitoriales. Sí, ya lo sé, exagero, pero es que estoy con los telediarios puestos (hago zapping para demostrar la existencia de universos paralelos y realidades múltiples) y me he contagiado de la dialéctica de los mítines...
Pero qué tonterías se llegan a oír. No hace mucho los periodistas tenían que esmerarse para sacar titulares de densos y plúmbeos discursos políticos. Ahora son los políticos los que hablan directamente con titulares, facilitando enormemente la labor del periodista y dejándole tiempo para un poco de charcutería amarillista. Es realmente penoso. Menos mal que el lunes que viene las cuadrillas itinerantes estarán descansando. Bueno, no, el lunes no, porque tendrán que salir a los medios para anunciar la victoria. Ya verán, ya verán, independientemente del resultado, todos habrán ganado. Unos habrán subido aquí y allá, otros habrán perdido escaños pero seguirán gobernando o habrán pactado con el diablo para lograr el sillón del poder. Y los menos ni eso, pero se sentirán satisfechos de una victoria moral contra la propaganda y guerra sucia del rival. ¡Qué llegue el martes, por favor! ¡Qué llegue ya!
Buenas noches y saludos a todos,
el pobrecito hablador
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