Estoy seguro de que muchos se habrán reído al conocer la noticia: el Chikilicuatre, o como demonios se llame semejante esperpento, nos va a representar en Eurovisión.
Tiene su gracia, desde luego, pero además de la gracia está el ridículo que vamos a hacer. Porque una cuestión es la autoparodia, el tomarse a broma la participación española en Eurovisión, y otra muy distinta dar una imagen de país esperpéntico y tercermundista subvencionada con fondos públicos. Hasta en el humor se nota la clase, y desde luego el hombrecillo del tupé poco o nada tiene que ver con la ironía británico gallega del señor Camilo José Cela: elegante hasta en la ordinariez.
Tiene su gracia, desde luego, pero además de la gracia está el ridículo que vamos a hacer. Porque una cuestión es la autoparodia, el tomarse a broma la participación española en Eurovisión, y otra muy distinta dar una imagen de país esperpéntico y tercermundista subvencionada con fondos públicos. Hasta en el humor se nota la clase, y desde luego el hombrecillo del tupé poco o nada tiene que ver con la ironía británico gallega del señor Camilo José Cela: elegante hasta en la ordinariez.
En una situación como ésta, lo mejor sería acabar con la horterada de Eurovisión o suspender "definitivamente" la participación española. Y mejor no hablar del ¡cuánto! Sólo de pensar el dineral que debe costar semejante bodrio se me abren las carnes.
Saludos a todos y feliz domingo de papeletas,
el pobrecito hablador
No hay comentarios:
Publicar un comentario