sábado, enero 16, 2010

La pobreza espiritual del obispo de San Sebastián

Que los curas digan barbaridades no debe extrañarle a nadie. Siglos de escolástica avalan las mayores idioteces intelectuales: negación de la teoría de la evolución, creencia en la inmaculada concepción, en la transustanciación (conversión del vino en sangre). Lo sabemos todos, lo del ADN es un cuento chino, las niñas se pueden quedar preñadas sin haber conocido varón (no se cabreen cuando sus hijas les den ese argumento) y las transfusiones en los hospitales deberían hacerse con Rioja Gran Reserva cero negativo.

Lo que resulta patético, a la par que indignante, es que el obispo de San Sebastián que ha dicho aquello de que "nuestra pobreza espiritual" sea un mal mayor que lo que están sufriendo "los pobres" en Haití siga en su cargo. Un miserable así debería ser expulsado de cualquier congregación. Creo que incluso la mafia siciliana haría todo lo posible por deshacerse de semejante bocazas...

Al menos, la basura excretada oralmente por el obispo sirve para advertirnos otra vez de la posición de la iglesia sobre la definición del mal mayor: es peor perder católicos en España que el sufrimiento extremo de millones de personas. Puro mercantilismo, porque los pobrecitos de Haití seguro que le rezan mucho a esa divinidad que tan bien cuida de ellos.