lunes, septiembre 22, 2008

En una parte de España no hay democracia

Efectivamente, en una parte de España, mi país, no existe la democracia. Millones de personas de la comunidad autónoma del País Vasco viven amenazadas y amordazadas bajo el yugo de los secesionistas vascos. Estos últimos, bien organizados, usan el terror como arma política y niegan el derecho opinar a aquellos que no comulgan con sus ideas. Peor aún, partidos supuestamente democráticos como el Partido Nacionalista Vasco (PNV), siguen si expresarse contra el terrorismo con la contundencia adecuada y lanzan consignas antidemocráticas y anticonstitucionales para azuzar el avispero. Condenan, sí, pero al mismo tiempo continúan cuestionando la legitimidad de las instituciones españolas, refrendadas democráticamente por TODOS los españols.

"Unos mueven el árbol y otros recogen las nueces", esa es la política que parecen seguir en boca de uno de los históricos dirigentes del PNV.

Estoy harto de la tolerancia con la intolerancia. Lo que ocurre en el País Vasco es algo que resulta nauseabundo desde la perspectiva de una nación moderna. Allá se coacciona con la violencia, se destruye la propiedad pública y privada ajena al "régimen oficial independentista", se chantajea y extorsiona (lo llaman impuesto revolucionario), se mata, se secuestra, se utiliza un discurso político desde las instituciones que no respeta la legalidad vigente, se adoctrina a los niños en las tesis nacionalistas y secesionistas. Qué maravilla de lugar, ¿no les parece?

Hoy, otro ser humano (Luis Conde de la Cruz) ha sido asesinado y forma parte de los cimientos de Euskal Herria, la gran patria vasca. Toda mi solidaridad con la familia que deja, y todo mi asco y náusea hacia esas aberraciones sociales autodenominadas "gudaris", soldados del pueblo vasco, y que cualquier bien nacido califica de asesinos a sueldo.